viernes, 28 de noviembre de 2014

DESLUMBRADOS

Salimos esta tarde de paseo por las calles de nuestra ciudad (yo por Bilbao) y uno se ve sorprendido por la hermosa y seductora estampa de la iluminación navideña... Cada vez antes, se adelantan incluso al inicio del Adviento, ¡los tiempos!, son tan distintos para los comerciantes, que para los creyentes...
A lo largo de nuestro paseo nos han acompañado estas "lucecitas" reclamando de los viandantes casi de forma compulsiva, ese deseo de comprar, aunque sea por inercia, porque ya toca.
Me hace pensar que vivimos deslumbrados y sobreestimulados, despertando, en ocasiones, conductas simples, que nos restan libertad y no nos dejan espacio para pensar. Toda una maquinaria comercial ya se ha puesto en marcha reclamando de nosotros la conducta más básica en estas fechas, que es comprar, consumir por encima de nuestras necesidades (mientras escribo esto, a la vez pienso ¿qué voy a regalar a mis sobrinos, a mi familia, a...).
Estamos llamado a iluminar, no a deslumbrar. Más que nunca es necesario ver un poco más allá de lo inmediato. Darse tiempo, compartir tu tiempo, cuidar espacios de encuentro, y no dejarnos cautivar por lo compulsivo.
Iluminan las personas que ofrecen pequeños gestos de bondad, compatibilizando familia, trabajo, voluntariado en el banco de alimentos, en Cáritas o en Cruz Roja. Iluminan las personas que son capaces de mantener unas relaciones cálidas  y humanas, cargadas de respeto y valoración, dignificando a todos los que entran en contacto con ellos.
Iluminan las personas que son conscientes que no viven solas en el mundo, y salen de sí mismas, y se reparten y se comparten en compromisos anónimos, que hacen de su entorno, un mundo más habitable.
No nos dejemos deslumbrar, y preparémonos estos días, a ser luz, pues son muchos lo que aún hoy, viven en la penumbra del olvido y la precariedad. No escatimemos gestos. Gracias.

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