viernes, 27 de noviembre de 2015

#EN MI NOMBRE

"En mi nombre" solo puedo hablar yo. Otro asunto bien distinto, es que existan muchos interesados en robarnos las palabras, el sentido común, el pensamiento crítico, incluso la capacidad de imaginar y soñar un mundo donde se puedan hacer las cosas de otra manera, donde existan alternativas, y en el que podamos aprender de nuestros errores.
De un suceso dramático, fruto de la "sinrazón" de quienes ejercen la violencia en nombre de un seudo dios, hay quienes tienen la tentación de instrumentalizar estos tristes sucesos para sus propios intereses:  de venganza, de ganar notoriedad, de alianzas económicas, de ganar popularidad de cara a las urnas,...
Ante el sufrimiento injusto de inocentes, sean quienes sean, de París, Siria, Nigeria, Sierra Leona, Haití,... (La lista es demasiada larga, por desgracia) solo queda el ejercicio de una solidaridad activa y comprometida. Sin hacer distinciones, dejando claro que no hay seres humanos de primera y de segunda. 
El hecho de que la violencia irracional llame a nuestra puerta, la de Europa, no nos autoriza moralmente a ejercer una fuerza en la misma dirección y con la misma (si no más) violencia, pensando ingenuamente, que amedrentará a quienes irracionalmente ya la han ejercido previamente. Lejos de tal cosa, aumentará la sed de más violencia.
  • En mi nombre, digo que no votaré a ninguna candidatura que apoye una guerra.
  • En mi nombre defenderé la dignidad del ser humano, también de los que me hacen daño.
  • En mi nombre me acercaré a los que sufren, y les ofreceré mi mano, mi tiempo, mi voz, ... si en algo pudiera aliviarles en su dolor.
  • En mi nombre, me comprometo a seguir creciendo en el diálogo, en fomentarlo, educar en ello y reconocer aquellas situaciones personales donde necesite ejercerlo con mayor esfuerzo.
  • En mi nombre, defenderé la Paz, como el valor más universal y necesario. Sin ella, no hay desarrollo, y nuestros derechos fundamentales (a la vida, hogar, alimentación, trabajo,...) se ven amezados de muerte.
Hay momentos donde es necesario parar, dejar espacio, reflexionar, y orar. Es precisamente esto, lo que nos permite renovar nuestro compromiso de  reconocer, que lo primero es siempre la persona, cada ser humano, amigo o enemigo. En mi nombre, solo puedo hablar yo y mis actos. Y aún así, no lograré hacerme entender todo lo que uno quisiera (Pues en tantas ocasiones sabiendo el bien que debía hacer, hice sufrir a quienes quería). Solo desear que en todo este embrollo, no perdamos el norte y seamos capaces de reconocer "al otro" como ser humano, como "amigo", aunque fuese en otro tiempo. ¡Buenas noches! y gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario