viernes, 4 de diciembre de 2015

¿QUIÉN GENERA ESPERANZA?


Sin duda la situación en la que nos encontramos es complicada.  Muchos intereses encontrados, o más bien enfrentados, muchas víctimas injustas, mucho dinero oculto a repartir, el juego del poder, de quienes miran al mundo como si fuera su tablero particular para la partida... 
¿Y los demás? Los demás, en el mejor de los casos, somos espectadores educados (mientras no nos toque a nosotros) de este drama humano.Nos conformamos con decirnos, ¡no podemos hacer nada! Y en parte, hay que dar la razón. Nuestros "lideres" (por decir algo amable) no nos consultan las grandes decisiones (aunque algunas que necesitamos sean de sentido común), ni las líneas de la política económica y de relaciones internacionales (aunque se emperren en repetir errores que sabemos a donde nos llevan),... Pero en medio de este caos, ¿quién puede generar esperanza?
En este tiempo de Adviento, hemos de recordar que lo nuestro, lo auténticamente nuestro es generar esperanza, pues el la que nos abre horizonte, nos aporta luz en la más absoluta tiniebla, y nos recuerda una verdad última y primera, somos amados por un Dios, que no se olvida de los más perseguidos y humillados. Por ellos y para ellos, les debemos ese rayo de esperanza. ¿Cómo?
  • Cada vez que lanzamos una mirada amable al mundo, abiertos al dolor ajeno, de cerca y de lejos. Una mirada amables, que elimina prejuicios, y multiplica mil gestos de solidaridad: una acogida en casa, una tarde en un voluntariado, una colaboración puntual, una conversación a tiempo donde queda claro que tu vida me importa, ...
  • Cada vez que nos ponemos al lado de las víctimas inocentes, dando cara y poniendo la voz por quienes sufren injustamente. Cuando aprendemos a estar cerca, y aunque no haya nada que hacer, cuidar nuestra presencia afectuosa y humanizadora. 
  • Cada vez que somos atrevidos y denunciamos las dinámicas de injusticia que agravan las desigualdades. Cuando somos capaces de romper pequeñas inercias y ejercer un consumo responsable y justo, dándonos la oportunidad de cambiar en nuestro interior, todo aquello que nos aleja y separa de nuestros hermanos los hombres.
Cuando así obramos, tenemos la ocasión de generar esperanza, e iniciar una cadena humanizadora a corta distancia, que no sabremos a donde sería capaz de llegar. Son muchos quienes la necesitan, no hay tiempo que perder. ¡Buenas noches! y gracias.

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