No se nos olvide que hay otras formas de mirar el mundo en el que estamos. Que no existen lecturas únicas. Y desde donde situemos nuestros pies y nuestro corazón, así será nuestra mirada.
¿Qué ves en la fotografía? Donde la mayoría no verían más que un rostro indeterminado de un indígena, hay quienes vemos más allá, su historia, su vida, sus gestos... Vemos a Benito, un hombre sencillo, dispuesto a poner al servicio de otros aquello que conoce, que acompaña y ofrece lo que tiene, que no es mucho. Un hombre que no aspira acumular, y disfruta del encuentro.
Bendito seas Padre porque tus cosas se las ha ocultado a los sabios y entendidos, y se las ha dado a conocer a la gente sencilla.
¿Qué veo?
Que se nos olvida con mucha facilidad que los últimos será primeros.
Que la felicidad está por los caminos estrechos de la sencillez, el compartir, la gratuidad y el agradecimiento.
Que la esencia de la vida está en nuestro interior, y hemos de procurarnos experiencias que despierten en nosotros la sed de más... de más vida, más sentido, más encuentro, más preguntas, más iniciativas, más sencillez.
¿Dónde tenemos nuestros pies y nuestro corazón? Porque la respuesta a esa pregunta condiciona nuestra mirada, que no será la única posible. Pero si depende de nosotros que sea la más humana. Un abrazo y ánimo.
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