miércoles, 30 de agosto de 2017

¡AUTENTICIDAD...!

¡Tan necesaria!,¡ tan deseada!, en ocasiones, ¡tan esquiva!... Necesitamos crecer en autenticidad, siendo responsables con nuestra vida, acogiéndola tal y como está, aprendiendo a aceptar nuestra historia personal en verdad; sin escandalizarnos de nuestros errores, de nuestras heridas del camino.
Hemos de abordar la hermosa tarea de ser uno mismo en verdad, concediéndonos tiempo para nosotros mismos, aprender a pararnos, y así, sentir nuestro cuerpo, nuestro pensamiento, nuestras emociones,... y percibir nuestro interior, y así orar. Es la mejor forma para combatir la dispersión y la superficialidad, que son nuestros principales enemigos frente a la autenticidad, y nos conducen a la rutina, o lo que es peor, al legalismo.
En esta búsqueda de autenticidad se nos da a conocer el buen Dios. En un Amor que nos habita y nos concede la Paz que tanto necesitamos. Cuando todo parece revuelto, cuando pensamos que el caos  se apodera de nosotros, su Amor, pone orden en nuestro interior, con su gratuidad, con su misericordia, con su gestos cargados de humanidad... Y nos recuerda, que antes de nada, somos seres amados, y que nada de lo que hagamos nos define.
El buen Dios con su amor, cada día nos hace hijos y hermanos, ¡a todos!, sin distinción. ¡Feliz día a todos y ánimo!

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