sábado, 12 de agosto de 2017

ESTAR ATENTO A LO PEQUEÑO

Hay dinámicas que no nos dejan disfrutar de las cosas que realmente merecen la pena, de las cosas realmente importantes. Esas prisas, siempre aceleradas, esa sensación de que todo está llamado a consumirse, y no a degustar, la rutina que no nos deja percibir la diferencia de las cosas y sorprendernos, o la superficialidad que no nos facilita ver en profundidad, contemplar, y admirarnos...
Hemos de encontrar esas dinámicas que nos ayuden a dar importancia a las cosas realmente importantes de nuestra vida. Esas dinámicas que son especialmente importantes en los momentos complicados y difíciles en nuestra vida. 
Es precisamente en esos momentos difíciles, cuando estar atento a lo pequeño ayuda más. Podríamos salir huyendo y escapar de nuestras responsabilidades, podríamos refugiarnos en la queja, y olvidarnos que nunca estamos solos (1ª Reyes 19,1ss)...  Pero también podemos hacer cosas, podemos ponernos en marcha, y aprender cuidar esos espacios para pararnos, para acoger lo que nos pasa, para aceptar, para reflexionar, para orar, para... 
Cuando nos concedemos espacios para nosotros mismos, y subimos a la montaña, educamos a nuestros sentidos, y aprendemos a ver y a escuchar de otra manera. Y es tarea urgente. No dejarnos llevar por los ruidos que nos acompañan, los miedos que nos acechan, las tristezas que nos aprietan,...
Dios se nos regala en lo pequeño, y es ahí, donde nos sorprendemos acompañados... Una caricia a tiempo, un gesto inesperado, una conversación oportuna, un abrazo cargado de ternura, una sonrisa que alivia, una visita deseada, un ofrecimiento generoso,... No dejemos que el ruido de la vida permita que lo importante se nos escape.
Hemos de aprender a subir a la montaña, es decir, a concedernos tiempos, a pararnos, y diferenciar lo que es verdaderamente importante en nuestra vida. Hemos aprender a respetarnos, a tener paciencia con nosotros mismos, y dejarnos sorprender.
Una invitación en esta semana a buscar momentos de parar y estar atento a las pequeñas cosas, y así, descubrir que nos estamos solos, el buen Dios nos pone ángeles que nos ayudan a sabernos acompañados y habitados por su Amor. ¡Animo y feliz semana!

No hay comentarios:

Publicar un comentario