lunes, 26 de febrero de 2018

¿ES POSIBLE DE OTRA MANERA?

Es difícil, pero no imposible. La fuerza interior se expresa en nuestra actitud. Lo que para uno una situación es el problema mundial, para otro es una circunstancia a resolver. Cierto que el ambiente, la publicidad, los grupos de interés, están ahí "marcando tendencia y corrientes de pensamiento"... Con todo eso, es legítimo preguntarnos, ¿es posible situarnos de otra manera? ¿Otras relaciones son posibles? ¿Amar de otra manera?
Es posible amar a nuestros enemigos, a quienes no piensan como nosotros, incluso a los que hablan mal de nosotros a nuestras espaldas. Es posible situarnos en nuestras relaciones personales y profesionales, sin juzgar, sin condenar, e ir más allá, perdonando agravios y heridas sufridas. Todo esto solo depende de cada uno de nosotros, no tenemos que esperar a la alineación de las estrellas para hacerlo realidad.
Cada uno de nosotros estamos llamados a ser completos, a abrazar nuestra propia realidad con un ejercicio honesto de aceptación propia y ajena, que nos permita atrevernos a ir más allá de nuestros miedos, prejuicios y etiquetas. Necesitamos descubrir que podemos amar en fragilidad, y a la vez, amar la fragilidad en nosotros y en los demás.
Esta otra forma de amar, de tejer relaciones, nace de una nueva forma de comprensión de la realidad, de otra mirada a uno mismo y al mundo que nos rodea. Nace de una opción personal, que es expresada en actitudes que conectan con el estilo de Jesús de Nazaret, con su pasión por lo humano, lo débil y pequeño. Y precisamente por esto, esta forma de amar es profundamente alternativa. 
Frente a una sociedad del éxito, de la autoreferecialidad permanente (donde el Yo es lo único que importa), donde la imagen es sobrevalorada. Nos encontramos una propuesta de un estilo compasivo, que promueve la bondad desde dentro de cada persona, que devuelve una mirada capaz de abrazar la realidad que le rodea. Solo es posible para quienes están dispuestos a salir de sí mismos.  Y son éstos, quienes ofrecen lo mejor de sí mismos en gestos y palabras oportunas. Y son éstos, quienes son capaces de brillar y hacer brillar a quienes más lo necesitan a su lado. Y son éstos, quienes se sienten conectados con el mundo que los rodea, y se sienten conectados, unidos, con la humanidad más débil y ninguneada. 
¡Sí!, es posible de otra manera. Es cuestión de actitud. Esa es nuestra fuerza secreta. Pongámonos en marcha y apostemos por los gestos sencillos e inequívocos. ¡Feliz semana y gracias!

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