martes, 20 de marzo de 2018

LA ENTREGA POSIBLE

Cuando conectamos con aquello que nos apasiona de verdad, una actitud básica que se pone en juego es la entrega. ¡Eso recordamos en  Cuaresma! No se trata de mortificación, de sacrificio sin más. Se trata de algo mucho más profundo y humano a la vez: conectar con el estilo de Jesús, con su manera de entender las relaciones, de vincularse con el mundo, de mirar a cada persona y de conectar con su pasión por el ser humano, especialmente por quienes más sufren. 
Solo experimentaremos una auténtica actitud de entrega, si estamos dispuestos a salir de nosotros mismos; yendo más allá de nuestras propias necesidades, y rompiendo nuestras propias fronteras, las interiores, las que están delimitadas con nuestros miedos, desconfianzas y tristezas. Las que están alimentadas con nuestros juicios, etiquetas y rabia que son profundamente limitantes. 
Es posible superar esas fronteras interiores y vivir con más plenitud. ¿Quienes? 
  • Por un lado, aquellos que optamos por aceptar nuestra propia realidad con respeto y nos dejamos ver por la Bondad de Dios. Así, aprendemos a acoger nuestro pasado, y nos concedemos el derecho de aprender de nuestros errores, y a perdonarnos a nosotros mismos.
  • Por otro lado, quienes optamos por confiar. En un ejercicio consciente  y libre de apostar por quienes pueden fallarnos. Asumiendo que "mi mierda no huele mejor que la tuya"(¡perdón por la expresión!, pero ayuda), y el Buen Dios nos acoge incondicionalmente a todos. Su gratuidad y misericordia, sostiene nuestra confianza.

Los que aceptan y confían, son quienes pueden vivir un actitud de entrega hasta el final, con plenitud. El resto sobreviven, y sufren innecesariamente, con una vida cargada de prejuicios, miedos, rencores, y heridas, que son fáciles de superar: ¡acepta y confía! Buena semana y gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario