domingo, 25 de marzo de 2018

¡TOMA POSTURA!

Queremos bañarnos y guardar la ropa a la vez. Sabemos que es imposible, ¡no nos importa!, pero toda nuestra pretensión ilusoria sigue alimentándose, ¡por su puesto!, con la ayuda de nuestra publicidad, y "medios", que nos susurran al oído: ¡todo es posible! (¡alquile por un módico precio su taquilla!... y problema solucionado)
Pero la realidad es más dura en lo cotidiano. Cuando nadamos no podemos guardar la ropa a la vez, es necesario asumir riesgos. La vida está llena de decisiones que hay que tomar. Detrás de toda decisión hay una opción, es decir, la motivación que me lleva a tomar un camino. Y a la vez, hay una renuncia, el otro camino que decidí no tomar, que descarté. Si algo nos hace enfermar como sociedad es esta cortina de humo "de todo vale", "todo es posible", "no es necesario renunciar a nada", que genera un virus de intolerancia a la frustración, a las limitaciones, y a la renuncia de algo por un bien mayor.
¿Cómo experimentar uno la pasión de una vida entregada, si no se toma opciones, y no sentimos el peso de una renuncia?
La Fiesta del Domingo de Ramos, lejos de ser una tradición ñoña y beata... nos coloca a cada uno en una encrucijada de caminos. Nos plantea dos caminos muy claros desde donde situarnos en nuestra vida. Una encrucijada donde es necesario tomar una decisión, es decir, tomar una opción y asumir una renuncia. Podemos hacernos los tontos, y seguir como si no pasara nada, ¡en eso ya estamos! Y la verdad, los resultados no son muy prometedores. O también, podemos ser honestos con nosotros mismos, con nuestro mundo, nuestras relaciones, y tomar postura. 
1. Una opción, retomando las palabras del Papa Francisco, es vivir desde la manipulación de la realidad. La de aquellas personas que centrar su energía en la mentira, la calumnia, el falso testimonio, el desprestigio, el manchar a otros para proteger sus intereses, su poder. Trucar la realidad y pintarla de tal manera, que acaba desfigurando el rostro de Jesús, y acaba  convirtiéndolo en "un malhechor". La voz de quienes están centrados en ellos mismos, con la única pretensión de defender su posición. ¿Cómo acaba el relato del Domingo de Ramos? ¿No es con el relato de la Pasión?
2. Otra opción, bien distinta, es vivir el seguimiento, el servicio, y ¡subir con Jesús!. Marcos (Mc15, 40-41) nos presenta a un grupo de mujeres que siguieron a Jesús, como auténticas discípulas. Una opción definida claramente en tres actitudes, que conlleva sus renuncias inevitables.
  • El seguimiento. Supone dejar lo que tenemos entre manos, y acompañar a a Jesús, asumiendo  el riesgo de ser rechazadas, ninguneadas, e incluso matadas. Pero ellas tenían claro que estilo de relaciones y de vida era capaz de ofrecer más sentido, más vida. 
  • El servicio. Una actitud básica en el estilo de Jesús (lavatorio de los pies). Una actitud capaz de ofrecer una fraternidad compasiva, abierta a las necesidades de sus hermanos, los hombres.Una actitud que nos impulsa a una opción básica: salir de nosotros mismos, a descentrarnos, y reconocernos en un mundo, donde nosotros no somos el centro, y en donde no podemos permanecer impasibles ante el sufrimiento humano, al estilo de Jesús.
  • ¡Subir! Ese gesto de acompañamiento a Jesús hasta el final. Ellas, estas mujeres, subieron con él, no solo a Jerusalén en la procesión de las palmas, sino también al Calvario, lugar del sufrimiento y muerte de Jesús. Ellas serán las testigos, no solo de su muerte, sino las primeras  testigos también de su resurrección. Es lo que pasa cuando acompañamos el sufrimiento hasta el final, acabamos por tes testigos de la luz y del amor a la condición humana en su más profunda fragilidad.
No se puede guardar la ropa y bañarse. La vida está llena de encrucijadas, y es necesario tomar postura. Esa es la grandeza de la auténtica libertad. Podemos evitarlo y vivir en la más pura mediocridad de la ambigüedad, o podemos acoger la vida y tomar decisiones, que hagan de nuestra existencia, de nuestras relaciones, una entrega cargada de humanidad y sentido. ¡Feliz semana! y gracias.

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