jueves, 2 de septiembre de 2010

SABOREAR NUESTROS LÍMITES...

En una sociedad como la nuestra, tan individualista, en una búsqueda irracional y permanente del perfeccionismo (que nunca se logra, de ahí lo irracional)... puede ser muy sanador ser conscientes, saborear nuestros límites.
No tenemos que saberlo todo, no tenemos porque poder con todo, es más, podemos aprender de esas limitaciones, errores ...que nos pueden impulsar a otra experiencia que la tenemos muy devaluada...podemos confiar, confiar en el otro, como un ser complementario y capaz de aportarme y hacerme crecer como persona. Y confiar ... en el Otro, toda una experiencia que nos abre a la gratuidad de un amor que acoge todo mi ser.
Ante nuestros límites la tentación es rendirnos, dejarnos lleva por ellos, y olvidarnos que hay muchos caminos para llegar a la meta, y lo mejor, que no caminamos solos. Pero también frente a nuestros limites, también tenemos la llamada a confiar en los signos de bondad que podemos rastrear cada día, en tantas personas, situaciones, experiencias que nos toca vivir. Esto está en nuestra manos. Gracias.(Lc 5,1-11)

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