domingo, 3 de octubre de 2010

¡AUMÉNTANOS LA FE!

Que petición más ingenua. Como si se tratase de subir el volumen de un aparato, sin pensar que esta petición nos cogerá toda nuestra existencia... y nos va a introducir en un camino con claves muy distintas a las que solemos movernos.
¡Auméntanos la fe!, ¿queremos?, ¿lo deseamos? Pues si realmente es así, Jesús en el evangelio de hoy (Lc17,5-10) nos muestra un camino apasionante, único para crecer en la fe: la gratuidad y la humildad. Concretada en la experiencia del servicio incondicional, que no espera nada a cambio, pero que reparte vida en abundancia. Y de igual modo, nos alerta que la búsqueda de reconocimiento, agradecimiento con nuestros actos, va dejando morir esa fe, que Él mismo deposita en el fondo del corazón de todo hombre y mujer. Descubrir la fe como don primero y como tarea, nuestra respuesta al regalo de su amor incondicional.
No puedo menos que recordar algunas frases de nuestro Fundador Juan María de la Mennais, que supo proponernos a los hermanos la humildad como un itinerario clave, en nuestro hacernos hermanos de los niños y jóvenes a los que servimos:
  • "Estamos convencidos interiormente de la necesidad de ser humildes y sentimos el deseo de llegar a serlo. Sin embargo, la triste experiencia de cada día nos enseña que bajo pretextos más frívolos, en las relaciones con nuestro prójimo, nos solemos conducir por principios muy diferentes de los que parecía tan bonitos en teoría..."
  • ..."tengo miedo de que en vuestra conducta diaria el orgullo, la presunción y la vanagloria dominen vuestras acciones y os quiten el mérito..."
  • "Vuestra gloria, comprendedlo bien es hacer cristianos de estos niños,....no con vuestros discursos sino con vuestros ejemplos a ser humildes de corazón. De estos niños a quienes debéis asemejaros para que os pertenezca el reino de los cielos"
  • "...la humildad que no consiste solamente en evitar las palabras altivas,...Es preciso, además en no inquietarse por su desprecio y soportar con paz, e incluso con alegría, si se puede, las pruebas de la humillación a las cuales uno está expuesto...." (Fragmentos del sermón dirigido a los hermanos sobre la humildad)
Acoger la fe, como don y tarea, nos supone recorre los mismos caminos de Jesús de Nazaret, esos caminos no siempre fáciles del servicio incondicional, ¡esa revolución de la toalla!, que es expresión de ese amor sin fronteras, sin razas, sin religión, ni orientación sexual,...un amor que, simplemente reconoce al otro como hermano y hermana.
Sólo le pido al Señor, que me lleve de la mano, que me anime a caminar por este sendero estrecho de la gratuidad y la humildad, vivido en servicio a mis alumnos y hermanos... y al final del día poder decir: "¡he hecho lo que tenía que hacer!, mi única ganancia". Gracias.

2 comentarios:

  1. Pero esto qué es, Nacho!!!! Con la de chorizo y chuletillas asadas que comimos y la foto es de pimientos verdes...mira que van a pensar que somo vegetarianos...que con esto de la interioridad...jejeje. Un abrazo Hermano, cuidate!
    Mikel

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  2. Mejor!! así nos toca a más,jejeje gracias por tu cercanía....Un abrazo fraterno

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