miércoles, 10 de noviembre de 2010

MIRANDO A UNO MISMO

Cuando las cosas no van bien, estamos acostumbrados a buscar explicaciones en nuestro entorno, estudiamos todos los factores que nos rodean y somos capaces de analizar la más minúscula teoría que explique todo aquello que no nos gusta.Todo, menos plantearnos que es lo que yo aporto, o no, a esa situación. 
En tiempo de crisis, en los momentos difíciles, más que nunca, estamos llamados a no dejarnos llevar por ese "locus externo" que tiende a culpabilizar a todo lo que se mueve, buscando chivos espiatorios  de todos nuestros males... y  asumir nuestra responsabilidad y protagonismo en la superación de tanta mediocridad con la que pactamos.
No puedo menos que ser honesto conmigo mismo y reconocer que junto a mi opción de vida apasionada por lo menesiano, por una vida en seguimiento a Jesús, como educador, por quienes más lo pueden necesitar...coexisten otras pequeñas decisiones que necesitan ser evangelizadas,   son esas actitudes y acciones, que me recuerdan que todavía no he quemado todas  las naves, ... 
Es bueno recordarme, pasar de nuevo por mi corazón, que una vida entregada da sentido y me hace capaz de superar cansancios y fracasos, heridas y errores. Recordarme que solo el que confían en aquello que le coge el corazón, es capaz de ilusionar y sumar en este proyecto humanizador. Recordarme que en esta tarea, no estamos solos, contamos con hermanos y mucha gente de bien, que hacen realidad aquello en lo que creemos.
Y ser agradecido, con todas esas experiencias, personas y situaciones, que he vivido y me han permitido ir descubriendo, aunque sea parcialmente, ese Dios como Padre, con sus preferencias y su Proyecto por un mundo más justo y humano. ¡A lavar los pies! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario