viernes, 14 de enero de 2011

HÉROES ANÓNIMOS

Aquella persona que soporta el peso de otro, que aporta movilidad a quien no la tiene, e incluso, es capaz de arriesgarse para que logre acceder donde necesite.
El relato del evangelio de hoy (Mc 2,1-12), me recuerda la realidad de los muchos héroes anónimos, hombres y mujeres, que son capaces de renunciar así mismos y apostar por quien no puede, no sabe o no quiere. Un legado de humanidad que nunca está de menos hacerlo presente.
En la vida reconocemos situaciones en los que hemos necesitados "ser llevados" por otros, ser animados y apoyados para llevar adelante nuestra tarea y lograr nuestros objetivos. Han sido momentos donde hemos experimentado nuestros límites y fragilidades, y a la vez, el apoyo y la gratuidad de quienes nos sostuvieron. Nunca estamos solos, para quienes se dejan ayudar.
Quizá en otras ocasiones hemos tenido la suerte de vivir experiencias donde, por el contrario, hemos soportado el peso y la responsabilidad de tener que acompañar y hacer lo impensable por  quien se sentía sin fuerzas para seguir adelante. Me viene a la cabeza tantas vivencias en el Camino de Santiago, en la vida cotidiana... Momentos donde hemos recibido y ofrecido ese apoyo que tanto se necesitaba.
Personas, que con sus palabras y con sus gestos, nos han acercado a quien mejor puede hacernos superar nuestros bloqueos, heridas, y fragilidades, Jesús de Nazaret. Él es quien mejor nos enseña esa tarea básica de aceptación y nos recuerda que somos queridos esféricamente, por nuestra parte bonita, y también por la que menos enseñamos. Dignificando nuestra propia debilidad.
Estos héroes anónimos se convierten en mediadores de vida cada vez que con su esfuerzo y creatividad son capaces de acercar a quien más lo necesita esa palabra o gesto de sentido, que hace al otro descubrirse una persona más acogida y amada. Experiencias como esas impulsan la superación de todo aquello que uno veía insalvable.
También en el camino de la fe, necesitamos al otro, con quien compartimos, no solo dificultades y dudas, sino también la alegría y la certeza de sabernos amados.Gracias

No hay comentarios:

Publicar un comentario