lunes, 10 de enero de 2011

¿PROVOCADOS? O ¿CONVOCADOS?

Un acto de provocación suele ser algo puntual que busca una respuesta más  impulsiva que reflexiva. Igual, si lo pensamos un poco, descubrimos, con asombro, que somos seres que actuamos más de los que creemos por provocaciones de distinto tipo. Nuestros ritmos frenéticos pueden favorecer un funcionamiento más por estímulos provocados con más o menos intencionalidad (normalmente más...), poniendo más en evidencia la necesidad de espacios para uno mismo, para la reflexión. Esta realidad es bien conocida por la publicidad, que hace "su agosto particular" con nosotros.
Pero quiero compartir con vosotros otra forma de acercarnos a nuestra realidad cotidiana, que por muy frenética que sea, forma parte también de nosotros. Somos seres "con-vocados", llamados a descubrirnos ligados con los otros, entrelazados con gestos, tareas comunes, coincidencias o proyectos compartidos. Somos muchos más los que buscamos el bien de diferente forma, que los que buscan el mal. Somos "con-vocados" a no renunciar a caminar con otros buscando hacer de este nuestro mundo un espacio más habitable para todos. "Con-vocados" a ir haciendo realidad la alternativa más humana que no se olvida de los más débiles, de los que más sufren, de los nadie, los ninguneados (recordando a Eduardo Galeano)
Hacer de nuestro trabajo diario, de nuestras relaciones cotidianas, de nuestros tiempos ofrecidos una respuesta inequívoca por este Dios de la vida que nos convoca ha hacer de este mundo ese espacio más habitable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario