Afinemos el olfato, agudicemos nuestra mirada con el corazón, entrenemos la escucha. Todo no da igual. No es lo mismo buscar el bien que el provecho propio, no es lo mismo curar que herir, no es lo mismo compartir que acumular, no es lo mismo reparar que romper, separar que arrancar,... ¡no es lo mismo!
Abiertos a lo nuevo, pero no deslumbrados, acojamos esa sencilla llamada a propagar la vida, con gestos de vida, más humanos, capaces de ir creando lazos que tejan ese reino que está por llegar en tantos rincones ocultos.
Crisis humanitaria en Somalia, violencia en sus múltiples expresiones, indiferencia en la mayoría,... ¡todo no da igual! Todo no construye.
¡Abramos nuestro interior!, y como si de un baúl se tratase, saquemos lo mejor de cada uno, nuevas energías o viejas convicciones acomodadas, y busquemos formas de aportar, que ofrezcan luz en un horizonte no siempre tan claro como nos gustaría.
Todo no da igual, es posible otro estilo: buscar el bien para mejorar, curar para levantar, compartir para hacer justicia, reparar para dar nuevas oportunidades, separar para ser críticos con uno mismo y con quienes nos rodean.
Más allá de nuestras fragilidades, apostar por la vida, hace más visible ese reino, que hace de nuestro mundo, un lugar más habitable para todos.Gracias
Efectivamente, solo nos queda ese compromiso diario de marcar la diferencia... Gracias
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