Como si del "anillo de Frodo" tan deseado se tratase, comparto con vosotros la profunda alegría de lo que supone descubrir la perla escondida. Para mí, percibir la presencia de un Dios que se nos regala en cada joven y niño a los que acompañamos, y por los que somos acompañados en cada campamento, clases, actividades deportivas,... ellos, son para nosotros, como nos recuerda Juan Mª de la Mennais, sagrados.
Sus ilusiones son las nuestras, sus preocupaciones son las nuestras, sus dificultades son las nuestras,... invitados cada día a tejer con ellos esos tiernos lazos, capaces de trasparentar el amor incondicional que Dios regala a cada ser.
Porque cada uno son queridos así, sin igual, hagan lo que hagan; ellos se convierten para nosotros en don y tarea de nuestro ser hermanos menesianos.
En cada uno de ellos, te alabamos y te bendecimos. Y en cada uno de ellos podemos descubrir, si nos dejamos, esa bondad que nos regalas y que sostiene nuestra entrega, llamada a amar a quienes menos son amados, y a llegar donde otros no alcanzan.
No cabe duda, somos seres afortunados, ¡cómo no venderlo todo! Gracias por cada joven, niño que pones a nuestro lado, por la oportunidad de cada día de hacernos hermanos, al estilo de Juan Mª. Gracias por esta pasión menesiana compartida con educadores y catequistas, que hacen de este tarea, una vocación, la menesiana, un tesoro que no nos pertenece. Un abrazo fraterno
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