... frente al sufrimiento y la enfermedad. Por un lado, superando ese tabú, que nos limita y nos bloquea a la hora de enfrentarnos a ellos, y por otro, venciendo ese mito de perfección y cuerpo "danone" que se nos impone como estadio de seudo-perfección.
Una de las cosas que descubrimos en Jesús, a través de los evangelios, es la opción de Dios por quienes el sufrimiento y la enfermedad les deja fuera del sistema de derechos y de reconocimiento. Con su forma de estar, de tratar y relacionarse, alivia ese sufrimiento y pone nombre a tanto rostro olvidado. No hay mejor signo de presencia de Dios en la Tierra.
Frente aquellos que podemos sentir la tentación de refugiarnos en ese individualismo atroz, "donde cada uno se la componga como pueda"... Siempre habrá alguien que nos recuerde, al estilo de Jesús, que hay formas alternativas de situarnos en lo cotidiano, que posibilitan un mejor reconocimiento del otro, a pesar de su sufrimiento. Son auténticos ángeles, capaces de ir más allá de sí mismos, y con afecto y cercanía, sanar dolencias, agobios o bloqueos ajenos.
Con su estilo logran hacer más digna y feliz la existencia a quienes pasan por la experiencia del dolor, sufrimiento o enfermedad, que por otra parte, forman parte de la vida.
Estos seres amables nos evidencian,
que, a pesar de la crisis, podemos salir de nuestra burbuja,
que se puede convivir con la fragilidad propia y ajena
que la com-pasión no tiene fronteras,
que el acompañamiento es profundamente sanador,
que tan importante es la palabra justa como el silencio oportuno...
Y todo esto contribuye a recordarnos, que otro estilo es posible, logrando hacer las cosas nuevas, pequeños signos del reino, al estilo de Jesús. Gracias
No hay comentarios:
Publicar un comentario