lunes, 12 de marzo de 2012

EDUCAR HABLA DE EVANGELIO SI...

Si estamos dispuestos a andar por el sendero estrecho de quienes no cuentan, y en ocasiones,  son con quienes no queremos contar... los últimos, los que molestan, los que no hablan nuestro idioma, los que no figuran en nuestras orlas, ... son, precisamente, a los que las estadísticas del fracaso no les hace justicia y nos hacen olvidar que tienen rostro y nombre propio.
La tarea de educar habla de evangelio...
Cuando somos educadores portadores de buenas noticias... con nuestra manera de hablar, con nuestra manera de mirar, con nuestra manera de tratar...  hacemos realidad  que nuestro mundo puede ser distinto.
Cuando estamos con quienes nadie quiere estar, sin tirar la toalla, sin ser protagonistas, solo servidores, apostando por las necesidades de los más tirados, los más olvidados, los ninguneados, ... ¡ellos son los preferidos de Dios!
Cuando demostramos que se puede empezar de cero (el número preferido de Dios), sin necesidad de rasgarnos las vestiduras, sin que nos den las gracias, ni nos "hagan la pelota",  sencillamente porque creemos que la misericordia siempre empieza de cero...
Cuando ponemos los mejores medios al alcance de quienes menos tienen... por justicia, por compromiso, por humanidad, por decencia...
Cuando los gestos, las acciones y las palabras de esos educadores hablan de evangelio... Y resuenan a la oveja perdida, al samaritano, al viñador de última hora, a la adúltera, a la cruz,...
Cuando dejamos de preocuparnos de nosotros mismos y nos atrevemos a tomarnos en serio a quienes nadie espera nada de ellos... Entonces, solo entonces, nuestra noble tarea de educar resonará un poco a evangelio...
Hoy con Natán, recordamos que un pequeño gesto de bajarnos de nuestro cómodo carruaje y bañarnos en un río desconocido, puede sanar graves heridas... Busquemos esos gestos sencillos, esas opciones atrevidas que nos hagan ser buenas noticias para quienes más nos necesitan. Buenas noches y ¡ánimo en las búsquedas!

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