sábado, 16 de junio de 2012

TRANSPARENCIA, ¿UNA ILUSIÓN?

Si algo va marcando nuestras relaciones sociales hoy, es esa autosuficiencia que nos conduce a no sentir la necesidad de legitimar nuestros actos. El engaño, el robo, el desvío de fondos público (¡otra forma de decir robo!), la malversación, el abuso de menores, el uso de la violencia, el tráfico de influencias,...¡da igual que pongamos en la lista...! todos estos actos acaban siendo racionalizados, justificados y aceptados, por quienes les cometen, sin la menor necesidad de objetivar el daño causado, el mal que hay detrás  de esos actos. No se trata de si son verdad o no.... se trata de que no me pillen, sin más. 
Parece que ahora no es necesario encontrar la verdad de las cosas, pues la verdad, no interesa, no es un valor para casi nadie. Estamos en ese momento "elegante", donde no necesitamos legitimar nuestros actos... estamos en un estadio más primitivo, donde lo único importante es que nadie me pille con las manos en la masa, por lo que,¡por favor!, ¡vete a Washington! y no des guerra...
Ser hombres veraces, auténticos, transparentes, no es un referente, no triunfan, parece que no conduce al éxito deseado. Nos despierta la admiración (a mí la indignación), cómo éste o aquél (pues por desgracia, tenemos dónde elegir), han hecho eso o aquello... y se van de rositas (¿qué pasará esta mañana con el presidente de Poder Judicial?... ¡nada!, ¡ojala me equivocase!).
Ser trasparentes, personas veraces, ¿aporta algo?... Creo que precisamente porque el escenario es ciertamente decadente, es importante marcar la diferencia. Y hacer lo posible por experimentar que una palabra dada, un gesto hecho de una persona puede valer en si misma, y que pueden ser transformadores, cuando lo que buscan es el bien común, y no salvar un puesto, ocultar un error, o...
Hoy más que nunca estamos necesitados de palabras veraces, personas trasparentes, que aliente la confianza y que nos demuestras que no juegan con su palabra, que no tuercen ni retuercen lo dicho para servir a sus intereses. Sencillamente, hombres y mujeres de una pieza.
¿Qué nos puede hacer personas veraces? Hay experiencias sencillas que pueden ir acreditando que somos personas veraces. No se trata de demostrarlo, sino, a pesar de nuestras  contradicciones inevitables, buscar esas acciones, que visualicen nuestro deseo de vivir en la verdad.
  • Reconocer nuestros errores y darnos la oportunidad de aprender de ellos.
  • La prudencia de saber que necesito al otro, especialmente a mi adversario, para alcanzar la verdad completa.
  • Que nuestras palabras vayan acompañadas de actos en la misma dirección.
  • Que seamos capaces de pedir perdón por el daño causado, y estemos dispuestos a asumir las consecuencias de nuestros actos, como un ejercicio cotidiano de responsabilidad.
  • La búsqueda del bien común, no centrándose en los propios intereses, sino comprometiéndose por una felicidad a la que todos tenemos derecho a alcanzar.
Seguro que se nos ocurren más claves, no pretendo agotar las pistas, solo compartir unas pocas... ¡Ánimo!, es tiempo de ofrecer algo distinto. ¡Podemos!, tenemos en Quien fijarnos, despertemos ese deseo profundo de verdad. Gracias.

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