Haz de lo que vives cada día, tu mayor alabanza.
No en mis habilidades.
No en mis capacidades.
No en mis éxitos.
No en mis razones
Solo en Ti,
en lo pequeño del día,
en los fracasos ocultos,
en la herida todavía abierta,
en la ofensa inesperada,
en el anonimato buscado,
en el error cometido,
en mi pecado perdonado.
Ahí puedo descansar en Ti.
Necesito re-aprender cada día,
en cada momento
a escuchar,
a mirar,
a reconocer,
a perdonar,
a callar.
Descansar en Ti
y no en mí.
Es confiar en quienes pones a mi lado.
Es dejar hacer y dejarme hacer.
Es acoger las cosas según vienen.
Es agradecer, cada día lo regalado.
Y entonces sí,
reconocer tu presencia secreta.
Ayúdame.
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