CAMINANDO POR LA CUERDA FLOJA...

Es un gran ejercicio de confianza, ¡no me cabe la menor duda! Pero ¿confiamos de verdad?, ¿tenemos experiencias de confianza que nos llevan más allá de lo imaginado? Con lo que nos gusta en nuestra sociedad moderna ser dueño de nuestras propias decisiones, sin dejar interferir a nadie en las mismas, me aventuro a pensar que necesitamos ejercitarnos más en este campo de confiar.

Es importante advertir que ejercitarnos en la confianza no nos conduce necesariamente a la tan ansiada seguridad, no es su objetivo. Entonces, ¿quién confía? y ¿cuándo  confiar?

Confían los que caminan por la cuerda floja sin red, los que perdonan de nuevo a quien sigue fallando, ¡son tantas veces!, los que escuchan a quien sabe que lo que tiene que decir le va doler, quien sabe empezar de cero cada día con ese alumno que consideramos insoportable, o quien se deja llevar por sus intuiciones arriesgas y atrevidas, que le llevan a cambios inesperados, sin importarle lo que le vayan a decir. 

¿Confiar?... Sabemos que confiamos cuando a pesar de no tener todas las respuestas a todas las preguntas, avanzamos con todas las incertidumbres. Cuando aceptamos que no todo está en nuestras manos y reconocemos que no somos los únicos protagonistas de nuestra historia, reconociendo que es una historia entrelazada, ¡con tantos protagonistas! Confiamos cuando experimentamos el vértigo del fracaso, del engaño,o de la decepción, y aún así, seguir caminando.

Es importante la experiencia de confianza. El relato de José, (Mt 1,16.18-21.24a) nos recuerda que se puede caminar sin todas las respuestas, y como si de un sueño se tratase, se puede escuchar esas intuiciones profundas que nos lleven a esas opciones, que aunque son arriesgadas e incomprensibles para muchos, para él fueron expresión de un amor incontenible. Por eso podemos confiar, porque amamos, y el amor suple muchas tonterías, medias verdades, miedos, vergüenzas, seguridades, y hasta los viejos orgullos ya casi olvidados. Antes de despedirme, felicidades a todos los padres y los "Josés",. Gracias y ánimo en la dura tarea de confiar.