domingo, 29 de septiembre de 2013

PRINCIPIO DE REALIDAD...

Este principio nos recuerda que tenemos que atender a los signos que nos rodean, pues son los que nos conectan con lo cotidiano. Hay quienes fruto de la enfermedad mental  tienen la desgracia de no poder hacer este ejercicio tan necesario, ¡ójala!, tengan la suerte de poder ser acompañados y cuidados. Pero lo realmente preocupante son aquellos que deciden conscientemente  obviar este principio de no prestar atención a los signos cotidianos. Éstos pertenecen al grupo de los que viven en la abundancia, los acomodados, los que están por encima de lo cotidiano, viviendo en ese micro mundo de la ostentación,  el lujo y las comodidades... ¿Qué necesidad de atender a otros signos? 
El olvido e indiferencia ante la existencia de otros seres humanos, con la misma dignidad que ellos, pero en una situación tan adversa como dolorosa e injusta, se convierte en el grito más clamoroso que persiste en pleno siglo XXI.
Es curioso que quienes más renuncia al este principio de realidad por opción, al final ajenos a lo cotidiano, son quienes más acuden  a las fórmulas esotéricas y astrológicas (y sus primas hermanas cienciología, tarot, y otras guisas parecidas...) para controlar ese destino caprichoso, que en ocasiones les juega malas pasadas rompiendo sus falsos equilibrios.
Mientras tanto, nuestro principio de realidad nos recuerda cada día, que la aceptación de la propia fragilidad, la confianza en el ser humano y la compasión son  armas poderosas para afrontar día a día nuestras pequeñas batallas.
No necesitamos quimeras, juegos de artificios, ni apariciones espectaculares... Solo hombres y mujeres con ese corazón sencillo que nos hagan ser honestos y devolver al mundo esa mirada que nos comprometa en el ejercicio cotidiano del bien común, especialmente para los más amenazados y olvidados.
Nuestro principio de realidad nos recuerda que se construye mejor desde abajo, así que manos a la obra, ¡nunca es tarde! Gracias

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