jueves, 4 de septiembre de 2014

¿DENTRO O FUERA?


Hay quienes prefieren estar dentro del círculo, y quienes prefieren estar fuera. Es una cuestión de opción, de principios. Quienes quieren estar dentro del círculo del reconocimiento, del poder, del éxito a toda costa, del enriquecimiento, de situarse uno mismo como centro gravitatorio del universo,... Éstos solo miran de frente, sin importarles quienes están a su lado, y mucho menos quienes están detrás... Tienen muy claro que ellos son los únicos protagonistas de su historia, y que nada es gratis en la vida. Para ellos, estar dentro del círculo marca la diferencia. Es curioso que dentro de este círculo, los límites éticos son casi inexistentes, pudiéndose labrar una fortuna ilegítimamente y no hacerme ningún problema de ello.
Pero también los hay que prefieren situarse fuera de este círculo. Son todos aquellos que por opción se centran en las personas. Cuidan los espacios de encuentro, están abiertos a ayudar, confían en la bondad, por lo que son capaces de hacer gestos de acogida y de compartir, realmente humanizadores, al estilo de Jesús de Nazaret. Suelen ser personas nada ingenuas, muy conscientes de su propia fragilidad y contradicción, que lejos de ocultarla o maquillarla, saben reconocerla con la sencillez de quien sabe que uno nunca deja de aprender de sí mismo ni de los demás. 
Estar fuera del círculo nos da perspectiva, y nos permite, por un lado, sabernos acompañados a nuestro lado, y por otro, ser conscientes de quienes no pueden seguir el ritmo, quedándose detrás. Quienes están fuera del círculo son capaces de contemplar la realidad con com-pasión. Pues deciden no olvidar a nadie, y a la vez, hacer un ejercicio de empatía cotidiano con los que padecen el olvido y la indiferencia de quienes están dentro del círculo. 
¿Dentro o fuera?, es una decisión de cada día. Vivir en la seguridad o aceptar la intemperie de estar abierto al encuentro con el otro. Situarme como centro gravitatorio del universo, o dar cauce a esa bondad que nos conecta con nuestros semejantes, y nos ofrece un horizonte de fraternidad humanizadora. No desistamos, no tiremos la toalla, y lancemos la redes, hagamos gestos atrevidos, y confiemos en esa bondad que llevamos todos dentro y puede hacer posible ese Bien Común. Gracias

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