domingo, 2 de noviembre de 2014

DEJANDO ESPACIO AL AGRADECIMIENTO...

Nuestras vidas han sido y son entrelazadas. Son muchas personas de cerca y de lejos las que han formado parte de nuestra historia personal, y han ayudado a conformar las persona que somos ahora... Padres, hijos, hermanos, amigos, compañeros de estudio o trabajo, acompañantes fortuitos de la vida, quien sabe... 
Un día como hoy, hemos de recordar a aquellos que pasaron por nuestras vidas haciendo el bien, que dejaron su huella en nuestra historia, y nos despertaron el deseo de más,... De más vida, de más compromiso con la vida...
Agradecidos a quienes nos desvelaron esa alegría profunda y plena, que les hizo vivir sus vidas con intensidad...
Felices porque con su sencillez supieron estar cerca con los que sufrían cercar y lejos de ellos, despertando en nosotros una mirada compasiva.
Felices porque compartieron con nosotros ese hambre de justicia, despertando ese deseo de luchar por el bien común, reconociendo, al otro como hermano.
Felices porque devolvieron una mirada condescendiente y generosa a quienes les rodeaban, sabiendo empezar de cero cada día, con amor de padre o madre, hijo o hermano, amigo o educador, quien sabe...
Felices porque sus gestos y palabras desprendían bondad, y siendo ellos mismos, nos recordaban que el odio, el rencor, la rivalidad, no hacen más que distorsionar nuestra propia realidad, que somos seres amados.
Incluso fueron felices, cuando hablaron mal de ellos, cuando fueron criticados, ninguneados y olvidados,... Pues siempre les acompañó esa certeza de que el amor tiene la última palabra, y la persona siempre es lo primero. 
Hoy hay que hacer memoria de nuestros seres queridos, de los que intentaron vivir así, de quienes intuyeron esa felicidad, y con sus fragilidades y contradicciones lo vivieron así.
Hoy una fiesta de agradecimiento y aliento. Es posible, pues ellos nos vislumbraron el horizonte. ¡Gracias!

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