martes, 16 de diciembre de 2014

TIRANDO LASTRE...

En ocasiones nos sorprendemos a nosotros mismos con demasiado miedo a perder nuestra comodidad, reputación, privilegios, incluso favores  a cobrar... Demasiadas cosas para sentirnos libres y poder estar atentos a lo esencial, para poder responder con autenticidad a la vida, para poder mirar a la cara sin sentir vergüenza, o para ofrecer lo mejor de uno en favor de otro, aunque éste sea desconocido.
Cuando nos damos cuenta de esta realidad, se abre ante nosotros una oportunidad para tirar todo ese lastre que nos sobra, e iniciar ese tiempo de los gestos más humanos. Es entonces cuando ganamos, poco a poco, esa autenticidad tan deseada en nuestro interior. Demasiado acostumbrados a hacer lo contrario de lo que decimos, es tiempo de ir ganando terreno a esa autenticidad, que nos compromete con nosotros mismos y con quienes nos rodean.
Reconocernos como seguidores de Jesús de Nazaret, es dejar que su opción de hacer de los últimos primeros, sea la nuestra. De ahí que se alojara en un establo y no el el Hotel Ritz. Es mucho lo que nos sobra, y tirar lastre será lo único que nos dejará ir más allá y  arriesgar, dejando espacio a la novedad. Un bebé en un pesebre perdido y reconocido por quienes menos contaban, los pastores, tachados de incultos y ladrones.
Si seguimos centrados en nosotros mismos solo seremos capaces de apostar por quienes pueden aportarnos algún beneficio. Pero otra cosa bien distinta sería, si fuéramos capaces de vivir descentrados, salir de nosotros mismos, abrir las puertas de nuestras casas, compartir nuestras mesas engalanadas, y proclamar a los cuatro vientos, que este niño-Dios nos hace a todos hermanos. ¡Ánimo y gracias!

No hay comentarios:

Publicar un comentario