Es muy diferente. Habría que darse unos segundos para pensar, antes de contestar. En ocasiones nos podemos sentir cautivos, como secuestrados, incluso violentados. Como que nuestra vida, nuestro corazón, nuestra mirada no nos pertenece, como que nos han robado algo esencial de nosotros mismos.Sentimos que "otras fuerzas" nos ha atrapado, y no nos dejan ser libres; y son "fuerzas" muy reales: la avaricia, el orgullo, el éxito, la prepotencia, la venganza,... son vivencias que distorsionan, no solo nuestra forma de ver la realidad, sino de actuar. Nos imposibilitan ver esos signos de bondad que hay en la historia cotidiana y en uno mismo.
Sin embargo, seguro que en nuestro recuerdo, encontramos ocasiones donde nos hemos sentido también cautivados, enamorados, atraídos, sobrecogidos,... experiencias que ha expandido nuestro corazón, que ha abierto nuestra mirada ,viendo más allá y más profundo. Estas experiencias nos han permitido dar una respuesta más compasiva, solidaria y humana.
¿Cautivos o cautivados? Depende de cada uno. Cada día decidimos, nos posicionamos, podemos revisar nuestros estilos de relaciones, miradas, decisiones, y vernos reflejados en una de las dos claves. Es una opción de cada día, que nos hace ir a tientas, donde, sólo los que son capaces de preguntarse,buscan respuestas, encuentran sentido, mantienen esfuerzos, arriesgan en pequeños gestos, y se dejan maravillar por todo lo recibido. Gracias (sobre Lc.11, 29-32)
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