sábado, 16 de octubre de 2010

DAR LA CARA, APOSTAR POR LA VIDA...

Es toda una experiencia cuando descubres que alguien "da la cara por ti". Es un gesto que inspira profunda confianza, no sólo en quien lo hace, sino en uno mismo. Percibir que apuestan por uno, reconocerse valorados, aceptados tal y como somos, de alguna forma queridos,...
Dar la cara por ti, supone apoyar nuestra forma de actuar, nuestro estilo, a pesar de las inevitables contradicciones que todos llevamos a cuestas, y de las que debemos ser conscientes.
No cabe duda, que dar la cara por alguien, genera en él,  ilusión, deseo de mejora y superación, una sinergia positiva capaz de sacar lo mejor de él. Para nosotros los educadores, es imprescindible aprender a dar la cara por nuestros alumnos, pues cambia el estilo, la mirada, y los lazos que tejemos con nuestros alumnos. ¿Cómo aprender?, ¡del mejor!, del mejor maestro, del que mejor supo dar la cara, de Jesús de Nazaret. El es quien mejor nos puede inspirar y despertar en nosotros el deseo de "dar la cara" no solo por Él, sino principalmente por su Proyecto.
Es una invitación a dar la cara por los últimos, lo más tirados, los que no cuentan, los que molestan, los que peores notas sacan, los que peor se comportan en el aula, los que no dan prestigio a nuestros centros, ¡vamos, "los macarras" sin fronteras! Dar la cara por ellos cada día, cada mañana, evitando las expulsiones fáciles, las humillaciones en público, los castigos recurrentes, ... y apostando por palabras positivas, gestos pacificadores, miradas más profundas, respeto, castigos educativos e inclusivos, búsqueda creativa y en equipo,... pueden hacer de nuestra actividad educativa un auténtico acto sanador de la persona. ¡Dar la cara por nuestros alumnos!
Pero no quería acabar sin preveniros de los ladrones de la luz. Sí, de los falsos profetas, que todo lo ven negro, para los que nada funciona bien. Son aquellos, que bajo un falso  espíritu crítico (porque no  aportan nada bueno ni alternativo), deciden robar el aliento de vida de aquellas iniciativas, gestos o palabras que buscan construir. No van contra las personas, son más refinados. Van contra del espíritu de vida que esas personas contagian:
contra su bondad, que la tachan de ingenuidad,
contra su solidaridad, que la minimizan destacando sus defectos,
contra su dedicación, que la ridiculizan como pérdida de tiempo,
contra su fe, que la acusan de no servir para nada,de poco práctica...
Estas personas sólo buscan el desánimo y desaliento de quienes apuestan por la vida. Así pues, amigos ser audaces y astutos, y no os dejéis llevar por los falsos profetas que andan sueltos por nuestras calles, lugares de trabajo, incluso en nuestras casas. Animaros a dar la cara por lo que merece la pena (o mejor la alegría), por quienes más os pueden necesitar a vuestro lado, y así, contagiar algo de vida. Gracias.


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