miércoles, 27 de octubre de 2010

LOS ÚLTIMOS SERÁN LOS PRIMEROS

Desde luego que será en otra vida... pensarán muchos últimos. Es un titular poco creíble. No estamos acostumbrados a ceder en casi nada, ¡ni en la cola del cine!No estamos entrenados a mirar hacia atrás y percibir otras necesidades que puedan sugerir que ceda mi puesto, preste mi ayuda, ...
¿Quienes son los últimos? Es una pregunta legítima para quienes no mira atrás, y  no pueden poner rostro ni nombre a quienes no conocen. Y atrevida, una vez hecha queda en el espacio vital de uno, y no nos cabe más remedio que responderla.
¡Los últimos!Son los que no cuentan, o mejor, a los que no se tiene en cuenta para nada. Son los que no destacan, de los que no me puedo beneficiar, los que les toca esperar para todo, los que tienen necesidad de todo, los que no tienen nada, ni dinero, ni prestigio, ni educación, ni... ¡Los últimos!
Son aquellos que son importantes cuando los medios de comunicación dictan que lo son, son los que nadie, o casi nadie, da la cara por ellos, son los que no producen bienestar, más bien molestan, huelen mal, son desagradables, incluso bordes.¡Los últimos!
Los últimos son desplazados o expulsados, como los rumanos en Francia.
Los últimos son los olvidados, como en Haití.
Los últimos son los ignorados, como los de un continente olvidado: África.
Los últimos son los despreciados por su raza, orientación sexual, o sus ideas...
Los últimos, no nos llevemos a engaño,  tienen rostros, nombres, vidas, talento..., y sobretodo, ganas, muchas ganas de ser reconocidos, de contar, de saberse parte de este mundo, de dignidad. Trabajemos fuerte en ese ejercicio cotidiano de reconocer, poner nombre, devolver esa dignidad a quienes la perdieron en los derroteros de la vida. Esto requerirá una mirada más sensible, profunda, y autocrítica y no juzgar a quienes, en su lucha por sobrevivir, se colocan al margen de lo establecido. Gracias

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