jueves, 6 de enero de 2011

RECONOCER LA BUENA ESTRELLA, SER BUENA ESTRELLA

Contemplar las estrellas es un ejercicio que nos recuerda que necesitamos salir de nosotros mismos más a menudo y que estamos envueltos en una realidad mucho mayor, cuya grandiosidad y espectacularidad es fácil de reconocer.
Es necesario afinar más si queremos reconocer esos signos de bondad y grandeza que se nos regala en lo sencillo y cotidiano. No es evidente que en un bebé tan frágil y pequeño, se nos regale un Dios que se hace hermano de los hombres y cuyo fin en la vida es pasar haciendo el bien, la Buena Estrella.
En esta fiesta de los Reyes de Oriente, se nos recuerda que si queremos reconocer esta Buena Estrella, lo que necesitamos es ponernos en camino, buscar, preguntar y escuchar a nuestro interior. Es este proceso el que nos permite ver más allá de lo evidente y descubrir que la fe acorta las distancias, elimina las fronteras y nos lleva a donde uno no creía poder llegar.
Este día me empuja querer ser buena estrella para quienes me rodean, a pasar por cada día haciendo el bien, sembrando con gestos y palabras de bondad con quienes compartimos nuestra labor. Ser la buena estrella de otro, ¡todo un regalo! Gracias y ¡Feliz día de Reyes!

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