SOLO SE AMA LO QUE SE CONOCE...

Lo distinto, lo diferente, lo desconocido suele despertar en nosotros un cierto mecanismo de defensa que nos puede dificultar acoger la novedad. Tendemos a desprestigiar, ridiculizar o ningunear aquello, que por novedoso que sea, pone en evidencia nuestra propia existencia. 
Es fácil criticar, no hay que hacer mucho esfuerzo... pero no se ama. Ahí, en la necedad, en la ignorancia, no crece el amor.
Todo cambia cuando hay apertura. Cuando dejamos preguntarnos, cuando buscamos respuestas, cuando acogemos la novedad sin prejuicios, cuando nos acercamos al otro, dejando que el otro diga su palabra. Es entonces cuando surge la vida y nos dejamos sorprender por la novedad. Surge la sorpresa, el intercambio, el conocimiento de un punto de vista distinto al mio... superamos las posturas estrechas y rígidas... y aparece el diálogo.
Solo en el encuentro surge el conocimiento, que puede dar pie al amor. Hoy quiero hacer una profunda llamada al conocimiento, a hacer ese gesto de acercamiento a quienes han descubierto en Jesús el sentido de sus vidas. Una invitación a superar las críticas insulsas y groseras, y andar ese camino de acercamiento mutuo que permita descubrir lo que mueve tu corazón. tus afectos, tu tiempo,...
Estos días de encuentro de jóvenes de todo el mundo en Madrid, pone más en evidencia la pluralidad de acercamiento a la fe, por caminos muy distintos, con estilos lleno de matices, pero en todos, un profundo deseo de encuentro con un Dios, el de Jesús, que ama hasta el fondo de la persona.
Busquemos nuevos caminos, senderos de acercamiento, puntos de encuentros,... que nos permitan reconocer esa propuesta que tiene Jesús para cada uno, y la tiene sin pedir credenciales, sin ofrecer privilegios, ¡es gratis!. Solo tienes que conocerla, acogerla, dejarte sorprender... y así, uno se descubre amando. ¿Estamos preparados?, ¡ánimo!