lunes, 1 de agosto de 2011

"Y ES QUE TÚ VALES MUCHO PARA MÍ..." (Is. 43,4)

Susurras en mi interior con complicidad, declarando tu amor por lo humano y frágil de cada uno, ofreciendo rescate por todo lo que nos separa de ti.
Paciente, en mis huidas.
Fuerte, en mis debilidades.
Espléndido, en el amor.
Derrama el agua que despierte nuestros deseos más profundos:
Que me deje prender por tu amor,
que aprenda a contemplar con tu mirada.

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