martes, 27 de septiembre de 2011

MÁS ALLÁ DEL CONFLICTO

Cuando uno intenta ser fiel a sus opciones, lo habitual es que puedan surgir pequeños o no tan pequeños conflictos. Forman parte de la vida cotidiana. Hay quienes prefieren evitarlos a toda costa, renunciando más o menos conscientemente, a esas mismas opciones. Quizá sea necesario que aprendamos a afrontarlos con naturalidad, si queremos conservar esas opciones que iluminan y alientan la vida de las personas.
Optar por el evangelio, la buena noticia, conlleva aceptar sin estridencias, ni victimismo, el conflicto que esas decisiones implican... siguiendo la marcha con normalidad, ni apuntándose medallas, ni buscando protagonismos.
Cuando instrumentalizamos nuestras opciones, ajustándolas a nuestros intereses, ejercemos sobre los demás esa sutil forma de poder, expresada en la manía tan cotidiana de tener siempre razón, de figurar, o querer siempre llevarme el gato al agua, o de ceder a cambio de unos privilegios, ... "la niebla" de otros intereses nos confunde, y dejamos de orientarnos por aquello que realmente calentaba nuestro corazón. 
Parece que nos olvidamos que hay proyectos, valores y personas, que han sido realmente inspiradoras para cada uno, despertando lo mejor de uno mismo y llevándonos a más amor y servicio  a los más pequeños y olvidados. Estas opciones vitales, que son fuente de una profunda alegría, son las que hacen posible ir más allá de nuestros miedos o resistencias, asumiendo el peso de esas decisiones que uno no se veía con fuerzas para tomar.
La rivalidad, la competitividad o el uso de la fuerza (física o moral), no son más que expresiones de poder que corrompen esas opciones vitales. 
Hoy, una llamada a estar despiertos y no dejarnos devorar por nuestros propios intereses. Renovemos cada día, con sencillez  y perseverancia, sin privilegios ni ventajas, esa apuesta por un estilo, el de Jesús, que es fuente de una secreta alegría y nos hace capaces de tejer relaciones nuevas. Gracias.

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