jueves, 20 de octubre de 2011

CONTRA LA MEDIOCRIDAD, TOMAR PARTIDO...

La gente que me conoce sabe que soy Atlético, colchonero. Nadie en su sano juicio se le ocurre en una conversación entre amigos afirmar que es Atlético y del Real Madrid a la vez. ¡No!, uno toma postura y defiende sus colores... lo demás suena a chaquetero, oportunista, o lo que es peor a mediocre.
En la vida cotidiana nos vemos abocados a tomar partido, a mojarnos, a implicarnos... la diferencia es, que en muchas ocasiones, "esos partidos de la vida", son más complicados de jugar.Y además, no tienen ese seguimiento mediático de los medios de comunicación, ni de las conversaciones acaloradas de los lunes en el café con los compañeros de trabajo.
Sin embargo, en el partido de la vida, nos jugamos cosas mucho más importantes, y nos encontramos con situaciones, donde es más necesario implicarse y tomar partido. 
No es lo mismo saber dejar lo que uno tiene entre manos para ayudar a un compañero, que mirar a otro lado y aquí no ha pasado nada...
No es lo mismo dar la cara por defender a quien lo necesita, que reírse de la gracia sin más.
No es lo mismo intentar vivir desde unos principio o valores en los que creo, que adaptarme camaleónicamente  buscando solo mi interés.
Tomar partido nos complica, porque nos define, trasparenta nuestras opciones y nos exige una coherencia que da sentido, sino a todo, por lo menos a  mucho de lo que hacemos.
"Porque eres ni frío ni caliente, te escupiré de mi boca" (Apocalipsis) En una sociedad tan blanda como en la que estamos, corre el riesgo de una mediocridad que  ahogue toda posibilidad de iniciativa, de novedad. Aprendamos a asumir los conflictos que implican nuestras opciones, los costes de nuestras apuestas, sabiendo que amar, en ocasiones, duele, tiene renuncias, y no pasa nada.
Activemos nuestro compromiso por el Proyecto de Jesús, dejémonos atrapar por su pasión por el hombre y su justicia, que nuestros deseos más profundos encuentren en Jesús, ese sentido capaz de ilusionar nuestras vidas. Este camino, nos complicará la vida, pero os aseguro que no nos llevará a la mediocridad. Gracias.

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