lunes, 3 de octubre de 2011

LOS ASALTADOS SON DEMASIADOS...

Aunque parezca mentira, practicar la misericordia ya no es suficiente. No digo que no sea necesario, lo es y mucho. Simplemente lo que digo, es que los bandidos de nuestra historia (de la parábola del buen samaritano) siguen sueltos, y hacen mucho daño.
Hacerse prójimo, no solo nos lleva a sentir compasión, pararme, bajarme de mi burra, y evitar dar un rodeo... también es necesario preocuparme por las causas que le han llevado a estar tirado de mala manera en la cuneta de la vida.
Otra forma de hacerme prójimo es subir a la montaña para pillar a estos bandidos, cuyas fechorías causan tanto daño. Me hago prójimo atajando las causas de tanta indignidad y pobreza, que provocan tantos asaltados en nuestras cunetas.
Reconozco que este paso es más complejo, menos "elegante", pero más urgente. Los bandidos de nuestra historia, bajan una y otra vez, dejando demasiados desvalidos. Tenemos las posadas, que no nuestros hogares, repletas. Es urgente un compromiso, un mayor esfuerzo por nuestra parte, que nos haga subir a la montaña, identificar a los bandidos, que tanto daño hacen, y detenerlos, porque ahora, ¡campan a sus anchas! Y en parte, es por nuestra indiferencia, que nos lleva a pensar que mientras no me pillen a mí, que cada uno se las arregle.
Ahora, no mañana, es tiempo de organizar cuadrillas de búsqueda, de aligerar peso, de estudiar el terreno, y de subir al monte. Subir y combatir a tanto bandido secreto que asalta y roba la dignidad y el derecho a vivir.
Es tiempo de organizarse, de contar el uno con el otro, de apoyarse, de agruparse y subamos a la montaña. No tengamos miedo. Nosotros somos más, muchos más. Somos más los queremos guiarnos por nuestras entrañas de misericordia y queremos de este mundo, un camino transitable para todos, ¡subamos al monte y hagámoslo posible! Gracias

No hay comentarios:

Publicar un comentario