RECUPERANDO OPORTUNIDADES...

Nos cuesta hablar del fracaso, más cuando la causa es buena e intentas hacerlo lo mejor posible. Tantos preparativos, tanto trabajo, tantos cuidados y dedicación... y al final resultados, lo que se dice resultados bien pocos. La estadística se nos echa encima, siendo muy desalentadora. 

¿Cómo es posible que una propuesta como la de Jesús tenga tan poca acogida?¿Qué nos pasa para que los jóvenes no vean y se rindan a la propuesta de sentido y plenitud que ofrece su buena noticia?

Sin duda, algo hacemos mal. Nuestra forma de invitar, de proponer no logra mostrar con claridad esa buena noticia capaz de ofrecer vida con plenitud. Quizá somos demasiado pesados, o poco atrevidos, o sencillamente no vivimos lo que anunciamos, no vivimos como buena noticia para quienes nos rodean... y eso nos convierte en unos charlatanes mas de feria. Eso, no invita a sumarse.

Por otra parte, estamos sobresaturados de ofertas, muy atractivas todas ellas, con las que resulta muy difícil competir, incluso en nuestro propio terreno. Todo colegio que se precie debe ofrecer a los alumnos un viaje de fin de curso a Roma, o Países Bajos, o quizá resulte más exótico los fiordos noruegos...,¡ por supuesto que viaje cultural!, pero organizar unas convivencias, celebrar La Pascua, o una experiencia de servicio en verano, se nos antoja menos atractivo y probablemente exija de mí, más implicación personal que mejorar mi inglés...

Lo tenemos crudo los que nos dedicamos a esto de evangelizar...

Algo importante nos enseña el evangelio de hoy, invitar al banquete, salir a los cruces del camino y proponer esta buena noticia cargada de vida, es cosa de todos, de todos los que nos hemos sentido tocados el corazón por ella. No es cosa solo de curas, monjas y catequistas...

Es necesario recordarnos que solo cuando vivimos lo que anunciamos, estamos en condiciones de recuperar oportunidades perdidas, y despertar el deseo en quienes están demasiado embotados. Combatamos el fracaso con la pasión de vivir aquello que nos ilusiona y alegra el corazón. Confiemos, lo demás viene por añadidura. Gracias y buena semana.