A punto de comenzar la celebración de la Semana Menesiana en nuestros Centros Educativos de España, quisiera honrar la memoria de Juan María de la Mennais. No por fundar la Congregación de Hermanos de la Instrucción Cristiana de Plöermel (Menesianos) de cuya familia formo parte, sino por algo más nuclear e importante. Quisiera honrar su mirada, que le hizo pensar su mundo de una forma divergente, claramente alternativo, llevándole en distintos momentos de su vida a dar respuestas realmente sorprendentes.
Fue capaz de descubrir en los chicos que corrían por las calles de los pueblos bretones por donde anduvo, un reto clave que le llevó a concebir un proyecto, claramente innovador. Ir donde nadie quería educar. Hacer llegar un educador donde otros lo consideraban misión imposible. Fue divergente, alternativo y muy tenaz. Mucho más de lo que nosotros estamos siendo capaces, con el riesgo de repetir esquemas que no responden a las necesidades más profundas de nuestros alumnos y alumnas.
Juan María miró su realidad y tuvo la valentía de dejarse cuestionar por ella. Respondió a las necesidades de los niños y jóvenes bretones más tirados y olvidados, mientras que en ocasiones, uno tiene la impresión que lo único que buscamos es "salvar los muebles" ante tanto desastre, más preocupados por el sistema que por los propios chavales.
Honrar a Juan Mª, hacer memoria de su proyecto, de su forma de mirar... es, a mi juicio, atreverse pensar en la escuela de forma diferente, buscando responder a las necesidades reales de nuestros niños y jóvenes, dejarse cuestionar por ellas, y lograr que sean nuestros Centros, esos ámbitos que despierten las conciencias, que posibiliten descubrir todo lo que llevan dentro, que les permitan reconocerse como personas profundamente amadas. Es más, me atrevería a decir, que hacer memoria, hacerle presente, sería realmente ir a aquellos lugares donde otros no quieren ir a educar hoy, con los niños y jóvenes con los que nadie quiere estar. Por desgracia siguen existiendo... sintamos la urgencia por llegar, la pasión por estar, el celo por hacerlo lo mejor posible, y el extraordinario regalo de compartir con ellos la tarea de aprender, porque os aviso, que con ellos, nunca dejamos de aprender. ¡FELIZ SEMANA MENESIANA!
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