martes, 13 de diciembre de 2011

NADA ES LO QUE PARECE...

En nuestras sociedades donde la apariencia se cuida tanto, afirmar esto, pudiera ser algo desconcertante. Los últimos serán los primeros, bienaventurados los pobres, unos sencillos pescadores son discípulos del maestro, reconocer en un niño débil en manos de unos padres temerosos a Dios,... 
Nada es lo que parece... la lógica de Dios nos sorprende de nuevo recordándonos algo central... el amor siempre empieza por lo más débil. Y esto no se demuestra con palabras, sino con gestos y acciones sencillas, que hacen visible esta realidad de fe y que forma parte de ese sello inconfundible de la propuesta de Jesús. Una apuesta que nos recuerda que las cosas pueden ser diferentes, si tú y yo, las hacemos diferentes...
Aquí no cuenta la palabra, la imagen, quedar bien, las campañas publicitarias, ... lo importante son las acciones, nuestras actitudes, ... "gesto, hermano, gesto, que es amor encarnado", nos decía el poema.
Es precisamente esta apuesta, la que hace visible la buena noticia para el ser humano y más creíble una iglesia santa y muy pecadora, que no debiera tener otra prioridad que hacer presente el proyecto de Jesús: hacer de los últimos primeros... ¿dónde están tus últimos? 

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