jueves, 8 de diciembre de 2011

VEN MÁS ALLÁ...

Reconocer que nuestra propia limitación y fragilidad humana nos puede conducir al mal o a provocar daño a quienes tenemos cerca, y no tan cerca, puede ser un pequeño ejercicio de honestidad,  que es muy sano y nos puede ayudar a estar algo más atentos a nosotros mismos.
Pero en esta fiesta de la Inmaculada, con la ayuda de María, se nos recuerda que en esa misma condición humana reside la bondad y la confianza (aunque sea de 6, ¡gracias David!, es suficiente) necesarias para ir más allá, superando nuestros miedos, y con sencillez, dando una respuesta más generosa de lo que uno se veía capaz en un inicio.
Agradecido de compartir con todos/as vosotros/as este encuentro y de vuestra calurosa acogida,... me quedo con detalles y gestos de quienes habéis sabido observar, tocar, respetar,... sois un auténtico regalo para vuestros/as compañeros/as.
En cada uno de nosotros reside esa semilla de Dios, que nunca abandona, que sabe esperar el momento de cada uno, y de la que solo tenemos que estar atentos a no ahogarla. Con María  recordamos que en la sencillez y fragilidad de cada uno, podemos ir más allá, paso a paso, incluso en los momentos más difíciles, aunque nos choquemos y tropecemos (¡Gracias David!, de nuevo,  por tu valentía de seguir adelante).
No se trata de ser perfectos, ni de dar la nota, ... la clave, dejar salir la bondad, la luz que brilla en el interior de cada uno/a sin miedo. Gracias.


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