Hay quienes frente a la novedad, lo distinto, lo diverso, deciden esconderse en posturas inflexibles, defensivas, hasta herméticas. Esta fiesta de los Reyes Magos (de la Epifanía) nos recuerda que el Dios de Jesús ama la diversidad, no es excluyente, se inclina por todo lo auténticamente humano.
Aprendamos de sus Majestades de Oriente, y en ese afán de acercamiento y dar respuesta a sus preguntas más profundas. Pongámonos en camino, compartamos senderos estrechos con quienes buscan con sinceridad de corazón como nosotros/as, sin preocuparnos de idiomas, sexos, orientaciones o ideologías... andemos juntos esos caminos tras ese niño Dios, que nos hace presente ese amor fundido en lo más débil de la humanidad. Pidámosles a sus Majestades de Oriente que compartan con nosotros parte de su atrevimiento para ponernos en marcha, de su agudeza para saber quienes son los amigos del camino y sensibilidad para reconocer la presencia de Dios en la propia debilidad humana, y así, adorar a Dios en lo cotidiano, en lo humano donde se nos regala cada día. ¡Feliz diversidad!, ¡Feliz día de Reyes Magos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario