CONFIAR CON LA DUDA...

¿Acaso hay que verlo todo claro en la vida? Tenemos devaluada la experiencia de confianza... parece dentro de ella no nos cabe la duda, cierto grado de incertidumbre, de intemperie...  Me da la sensación que hemos secuestrado esta hermosa palabra, "confianza", y la hemos llenado de seguridades, de miedos, prevenciones, de... De tal forma, que esa experiencia de fiarme con, sin tenerlo seguro, sin haber hecho un estudio de daños, o de consecuencias, o de veracidad... se convierte en un acto temerario, algo ingenuo o de imprudencia.

Pero también podemos confiar en su sentido más auténtico, por lo menos para mí. Optar por no pedir demostraciones, y lanzarnos al camino de lo incierto ... esas experiencias que se nos escapan a unos sentidos, ... pero nos abre la puerta a otros... "lo esencial es invisible a los ojos"

Son experiencias como: recibe más el que da más, los últimos serán primeros, servir nos hace grandes (por dentro, ¡claro!, pues dejamos espacio a quienes nos necesitan), el sacrificio de uno como una semilla de amor, ofrecerse desinteresadamente, dar un abrazo a un desconocido, compartir lo que necesitamos (no lo que nos sobra)... Todas ellas nos abren la puerta de la duda, de su conveniencias o no... Pero también hacen presente una forma de amar, la de Jesús de Nazaret, el resucitado,... que con todas las incertidumbres, en pleno siglo XXI, nos sigue invitando a ser luz, alivio, compañía, apoyo, paz, justicia, perdón ... a tantos seres humanos necesitados de recobrar ese aliento de esperanza...

¿La duda?, molesta compañera de camino, que nunca nos abandonará, tan pronto nos hará un estudio de daños, como nos hará sentir el peso de ciertas decisiones... Pero si vamos más allá, si no lanzamos... iremos tejiendo con otros, que como tú y yo, piensan que otro mundo es posible. ¡Feliz Pascua! y buena semana.