sábado, 28 de abril de 2012

¿ESTO NOS HACE VACILAR?

¿La desnudez de unas palabras?,¿la claridad de un mensaje?, ¿la transparencia de una vida?, ¿lo arriesgado de un compromiso?, ¿lo provocativo de un gesto?, ¿lo utópico de un proyecto?... Todo esto no nos haría dudar si confiáramos en la persona de Jesús de Nazaret y su propuesta.
Entonces, ¿qué nos hace vacilar? La respuesta está en otro orden de cosas...
Vacilan los que no entienden o no quieren entender... los que usan otro canal distinto al de Jesús, quienes solo nos centramos en nosotros mismos y nuestro orden de prioridades se centra exclusivamente en nuestras necesidades y expectativas. Nos hacemos incapaces de sintonizar con el fondo de la propuesta humanizadora de Jesús, y claro, lo que nos propone nos parece chino...
Vacilan los que se acostumbran a surfear, a caminar solo por la superficie de las cosas, quedándonos solo o con la imagen o con el cumplimiento. Esto hace que nos hundamos rápido, pues resulta difícil encajar las dificultades, los fracasos,.., y por supuesto, nos incapacita para experimentar el gozo de la renuncia de uno mismo en favor de quien más nos puede necesitar. 
Vacilan quienes en el camino de la vida no han buscado ese encuentro con Jesús de Nazaret, con ese Dios de la vida. Quienes no han conocido su propuesta y su proyecto altamente humanizador y compartido con tanta gente de bien que hay por el mundo... Vacilan porque no son capaces de pasar de la curiosidad a la amistad, por lo que no logran intuir esa mirada profunda y amorosa que tiene el Dios de Jesús, hacia cada uno de nosotros y hacia el mundo en el que estoy...
Quienes hemos tenido la suerte, el regalo, de conocer su propuesta, su persona, quienes hemos experimentado esa mirada humanizadora en nuestra vida, dignificando nuestra propia fragilidad... solo nos queda reconocer como Pedro, ¿a dónde vamos a ir, Señor?... Solo Tú nos ofreces un sentido capaz de alentar nuestra existencia. ¡Feliz Pascua!

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