Que andamos inquietos de aquí para allá,
que miramos sin ver,
que dejamos que nuestras ocupaciones
nos llenen el corazón,
que nos sentimos imprescindibles,
en vez, de accesibles...
¡PAZ A NOSOTROS!
Que aspiramos al poder,
que suspiramos por influir,
y que tropezamos en esa lucha,
inútil y estéril...
¡PAZ A NOSOTROS!
Que nos escondemos de nuestros miedos,
que nos cerramos a la acogida,que huimos de la novedad,
que no queremos arriesgar...
¡PAZ A NOSOTROS!
Que necesitamos reconocerte,
en nuestras heridas,
en las ajenas,
en lo cotidiano,
en quien no llamamos hermano...
¡PAZ A NOSOTROS!
La de Jesús, el Resucitado,
que no rompe, sino irrumpe,que no fuerza, sino acompaña,
que no señala, sino abraza.
¡PAZ A NOSOTROS!
Cada día,
en cada hora, en cada momento...
Ésta, nos es regalada,
solo nos queda acogerla, ¡Feliz Pascua!
En demasiadas ocasiones, nosotros los cristianos, y especialmente en el mundo cristiano, entendemos la paz como un estado de no conflicto, ni interno ni sobre todo externo.
ResponderEliminarFALSO.
No existe tal cosa.
La paz, tal y como yo la veo, es una conquista cotiadiana que gestiona el conflicto inevitable de toda existencia humana.
Hay muchas maneras de gestionar el conflicto, desde la no gestión, hasta la violencia como acción.
La paz es la gestión del conflicto que nos permite salir de él de manera más humana, más solidaria, más fraterna, más realizante, más libre, más igualitaria...
La oportunidad de la paz se nos regala en cada momento, pero su construcción depende de nosotros a cada instante.
Sólo si nos unimos podremos hacer un mundo más pacífico, más fraterno... más humano.
Un barazo.
¡Qué bueno!, ¡Qué cierto!,la Paz necesita de nuestro compromiso, de nuestro esfuerzo, de nuestra habilidad y atrevimiento de afrontar nuestros conflictos...
ResponderEliminarTodo eso que es imprescindible...
En ningún caso quiero dar a entender que paz = ausencia de conflicto,... sino compartir o hacer consciente ese deseo que Dios tiene para el hombre... que nos mete en un camino profundamente comprometido. Gracias, Nestor