Ahora, más que nunca, es necesario recuperar esa llamada a lo humano, recuperar esa convicción de que la transformación de nuestro mundo, pasa necesariamente por el cambio de las personas, de cada uno de nosotros, de nuestra capacidad de marcar esa diferencia en la que aportemos un "plus más humano"·capaz de llevar a nuevas relaciones, más justas, más positivas, más alternativas.
Jesús de Nazaret nos lleva de la mano en el evagelio de hoy (Lc 6,27-28), con una propuesta atrevida, relamente altenativa y con un potencial transformador de nuestras relaciones.
"Un amor que vence al odio, una mansedeumbre que vence a la injuria, la aceptación de la ofensa que vence a la humillación, la renuncia a lo propio que vence al robo" (JMª Catillo), el bien pensado que vence al que juzga con dureza.
Una propuesta que marca la diferencia, que crea lazos de forma alternativa. Se trata de un estilo que provoca cambio en las personas y sus relaciones, las bases de una nueva humanidad. ¿Desde cuándo el robo, la injusticia, la avaricia, la rivalidad, la violencia, el rencor, la venganza ... nos conducen a la felicidad? ¿Acaso ellas nos harán más humanos? ¿Acaso muchas de ellas no están en el fondo de nuestra crisis y deterioro humano?
Es el momento de buscar la novedad, y generar un cambio al estilo del Evangelio, como la levadura en la masa. Comprometámonos en nuestro propio cambio, y como si de una cadena de favores se tratase, generemos ese estilo de relaciones capaz de dignificarnos y construir un mundo más humano, con ese estilo, el de Jesús de Nazaret, que acerca la felicidad a todos los que la buscan realmente. Gracias.
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