Todo un reto. Acostumbrados que a nivel televisivo el insulto, las acusaciones, los juicios rápidos y el rumoreo campe a sus anchas... Es difícil imaginar que nuestras relaciones, nuestras conversaciones pueden ser de otra manera.
Hay quienes apuestan en sus vidas por centrarse en detectar y subrayar los fallos ajenos, que el fin de su existencia es hundir al vecino, o que sencillamente condicionan su éxito a la derrota de quien consideran su adversario... Son opciones, ni más ni menos, que una manera de situarse en la vida, que al final tienen un alto riesgo de amargar la propia existencia, y por supuesto la ajena. Pero hay que tener en cuenta en estos casos, que siempre aparecerá un nuevo "adversario" que despierte, una vez más, en nosotros ese reproche, juicio o queja, de la que tanto nos cuesta salir.
Quizá nos sea necesario introducir "algunos" pequeños cambios que posibiliten una manera diferente de situarnos ante los demás.
Les invito en esta semana a estimular los abrazos. Si, por favor, ¡ no se corten!. Aumenten el número de abrazos a regalar al personal. Es una estupenda medicina. Un espléndido antídoto a esa autosuficiencia que nos hace pensar que siempre tenemos razón, que somos unos "cracks", y que los demás no sé que hacen que no aprenden de nosotros....
¡Perdonen!, pero hoy más que nunca debemos dar ese "saltito" a lo gratuito, que nos permita reconocer lo otro, diferente a mí, reconocer al otro, a sus necesidades, sus heridas, sus deseos, y empezar a descubrirnos entrelazados, y no rivales.
Aportar ese plus de humanidad, es posible que coloree nuestra vida cotidiana de un poco más de cercanía, de sensibilidad, y calidez , beneficiando nuestras relaciones sociales. Regalar abrazos, nos hace devolver una mirada generosa a la vida y estimula ese optimismo amenazado de muerte por tanta crisis. No lo duden, superen su vergüenza, ¡y por favor!, regalen abrazos gratis. Es un gesto sencillo, que cuesta mucho menos que discutir o resaltar un defecto de su compañero/a,.... ¡y es mucho más sano y satisfactorio!, hagan la prueba.
Experimentemos que somos capaces de reducir distancias, relativizar tensiones y controlar nuestros juicios... Así, hacemos posible un sueño, que no importa el color, ni la ideología, ni la religión, ni la orientación sexual,... sino solo tu persona... así fue y sigue siendo el sueño de nuestro Dios... Y por favor, no olvides regalar a lo largo de esta semana que comienza algún abrazo gratis a quien menos se lo espere y más lo necesite. Gracias.
Pues...¡aprovecho para enviarte un super-abrazo, hermano!
ResponderEliminar¡Qué bonito recibir un abrazo inesperado!.... Gracias, Elena, otro grande para ti....
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