viernes, 15 de marzo de 2013

LA TAREA ES DELICADA...

Quisiera compartir con todos vosotros dos pequeñas citas del libro "Sabiduría de un Pobre" (Eloi Leclerc, Ed. Marova), que siguen siendo para mí, todavía hoy, profundamente inspiradoras en mi camino cotidiano, y me ayudan a levantar la mirada un poco más allá de mis pobres expectativas, que  me roban los esfuerzos, los deseos, las búsquedas de más. Y también, son palabras que me aportan un rostro claro del Dios, que nos mostró Jesús de Nazaret. Le decía Francisco a su hermano Tancredo:

"Nos es preciso aprender a ver el mal y el pecado como Dios lo ve. Eso es precisamente lo difícil, porque donde nosotros vemos naturalmente una falta a condenar y a castigar, Dios ve primeramente una miseria a socorrer. El Todopoderoso es también el más dulce de los seres, el más paciente. En Dios no hay  la menor traza de resentimiento."

"Mira evangelizar a un hombre es decirle: Tú también eres amado de Dios en el Señor Jesús. Y no sólo decírselo, sino pensarlo realmente. Y no sólo pensarlo, sino portarse con este hombre de tal manera que sienta y descubra que hay en él algo de salvado, algo más grande y más noble de lo que él pensaba, y que despierte así a una nueva conciencia de sí. Eso es anunciarle la Buena Nueva y eso no podemos hacerlo más que ofreciéndole nuestra amistad, una amistad real, desinteresada, sin condescendencia, hecha de confianza y estima profundas. Es preciso ir a los hombres. La tarea es delicada."

No encuentro mejor manera de participar de la propuesta de Jesús, de hacer reino, a su manera, que haciendo realidad esta sencillas palabras.
Termino ofreciendo las pistas que elaboraron los jóvenes en nuestro último encuentro en Sotillo de la Adrada. 
  • Pistas para hacer reino, a la manera de Jesús:

1. No es un camino en solitario, seguimos en grupo, apostando por la fraternidad, señal de esos lazos capaces de hacer las cosas nuevas.
2. En la Iglesia que tenemos,  Pueblo de Dios, santa y pecadora, donde celebramos nuestra fe acogiendo el amor incondicional, participando en la Eucaristía, la mesa del reino, en la que todos estamos invitados.
3. Descubriéndonos como hijos de Diosdejándome abrazar,  aprendiendo a  perdonarnos a nosotros mismos, como la mejor expresión de  confianza en su perdón y viviendo en agradecimiento continuo, como actitud orante ante la vida que se nos regala cada día.
4. Dejándonos contrastar y acompañar. Consientes de dificultades y engaños, y confiados en un Dios que nunca nos deja solos, pone a mucha gente e nuestro lado.
5. Los débiles y frágiles, los ninguneados, son los auténticos protagonistas del Reino, del Proyecto de Jesús. A ellos les debemos nuestra amistad real, como compromiso por la justicia, como compromiso real por el otro y su dignidad.
6. Con un estilo misericordioso y esperanzador, que nos recuerda que siempre es posible levantarse, e ir a la casa del Padre. donde uno puede empezar de cero, aprender de sus errores, y aceptar su propia fragilidad.
7. Estimulando la confianza en mí, en los demás y en Dios. Una confianza que nos haga personas abiertas a su proyecto y nos permita hacer opciones atrevidas y arriesgadas en favor del reino.
8. En una actitud de servicio cotidiano, como gesto de fraternidad universal, como ese lenguaje de auténtica amistad, que todo ser humano entiende, y que hablan del Dios de Jesús.
9. Sabiendo que el amor tiene la última palabra. Aunque cueste, aunque duela, aunque nos veamos lejos de afirmarlo con nuestras vidas, reafirmamos nuestra convicción, que el amor es lo que construye a la humanidad. La competencia, el engaño, la manipulación, el individualismo, la prepotencia o el lucro, ya sabemos a donde lleva... Queremos otra cosa, las bienaventuranzas.

Nada nuevo bajo el sol, ¡ya sé!, pero la auténtica novedad está en esos esfuerzos anónimos y cotidianos de vivir con estas pistas, así hacemos reino. ¡Gracias y ánimo!

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