viernes, 7 de junio de 2013

A TU LADO...


Es el resultado de una opción inequívoca por acompañar a quienes nos necesitan, y están cerca de nosotros. Una invitación a lazar una mirada más profunda a nuestro entorno  y recobrar esa sensibilidad por los más débiles y olvidados. Esos son los favoritos de un Dios, que en Jesús da a conocer sus preferencias. 
Podemos sentirnos perdidos, desorientados, desbordados,o quizá enredados en mil marañas... ¡No importa!, Yo salgo a buscarte, cuenta conmigo, quiero caminar a tu lado, ... ¡No te rindas!
Las entrañas de misericordia se traducen  una triple apuesta a la que todos estamos llamados a participar:

1. Por levantar puentes. Cuando reducimos distancias entre las personas con las que compartimos tantas historias cotidianas. Cuando afrontamos los conflictos con la transparencia de quien se sabe querido. Cuando apostamos por cultivar esas relaciones que hacen posible al otro descubrirse aceptado de forma incondicional. Una apuesta que tiene un sentido esencialmente cooperativo, donde somos conscientes que esta aventura siempre necesitamos del otro.
2. Por mirar el mundo que nos rodea con pasión. Cuando nos sentimos parte de esta aldea global. Cuando no renunciamos a aportar lo mejor de cada uno por mejorar nuestro entorno. Cuando somos conscientes de las heridas profundas, que amenazan nuestro mundo. Cuando dejamos que nuestros pies y manos acompañen a nuestro corazón. Cuando nos atrevemos a soñar otro futuro posible, especialmente para los desheredados y ninguneados.
3. Por la acogida incondicional, que hace nos recuerda que no hay lugar donde Dios no esté presente. Cuando aprendemos a empezar de cero con quienes caminan con nosotros. Cuando, conscientes de nuestra propia fragilidad, aceptamos la debilidad ajena, dejando que aprenda de sus errores. Cuando elogiamos más que criticamos. Cuando renunciamos a afincarnos en la queja permanente y aprendemos a ver la botella medio llena. Cuando por fin asumimos que podemos confiar en el otro, sin pedir garantías y sin preocuparme si va fallar...

Quiero estar a tu lado, sobretodo cuando el desconcierto y las heridas no te dejan caminar, así es Dios. ¡Estamos de suerte!
A nosotros nos queda aprender, y estar dispuestos a adentrarnos en las arenas movedizas  de los alejados, los perdidos, los desorientados, ... Sabiendo que son ellos precisamente los favoritos de Dios.
Salgamos al camino, acompañemos a quienes se sienten solos, alentemos a los desanimados, ofrezcamos espacios de encuentro en los que nos podamos descubrir valorados, queridos y aceptados tal como somos. Gracias.


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