Sin regatear esfuerzos, ni minimizar problemas... Una apuesta sin engaño ni mediocridad... Una apuesta a la altura de las necesidades de los últimos, de los que no cuentan, de los olvidados... Un apuesta real por nuestro prójimo, al estilo de un tal Jesús de Nazaret, ¿acaso hay mejor manera de amar a Dios? No conozco otra mejor.
Frente al engaño y la manipulación de los poderosos, de los medios... Busquemos potenciar la transparencia y la comunicación abierta. Hagámonos presentes en la red, informando, buscando, apoyando,...
Frente al sectarismo y la exclusión... Comprometámonos por unas relaciones más fraternas y humanas, que no reconoce fronteras, que no levanta muros, dando la cara por quienes no son reconocidos como ciudadanos con derechos.
Frente al abuso y la injusticia... Nos queda luchar por el bien común y la dignidad de las personas, sea cual sea su condición. Visibilicemos las alternativas y no nos dejemos atrapar por el pensamiento único.
Frente al rechazo y la indiferencia... La responsabilidad de los mil gestos de acogida posibles, en tiempo y espacio.
Es así como podemos iniciar y prolongar una cadena por un mundo más humano y más habitable. Es sin duda alguna, una forma de aportar por una vida digna para todos. Gracias.
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