Así es la invitación del hoy. Vivir con tal pasión, que nos haga capaces de entregarnos hasta el final a la causa. Arriesgando en mil movimientos, hasta llegar donde uno no pensaba. Pero, ¿no es hermoso? Hacer que nuestra vida dance cada semana, cada día, por esa pasión que llevamos dentro. Ese amor incombustible que nos es regalado a manos llenas y que estamos llamados a compartirlo.
Un compromiso a no acumular, no reservar, no dejar que la desconfianza anide en nuestras decisiones. Y así, somos capaces de lanzarnos, salir de nuestras comodidades y respuestas hechas, y lograr esas acrobacias, que dejan al personal flipando.
Acrobacias como acoger en tu mesa a un desconocido, compartir no lo que te sobra sino lo que tienes, reorganizar tu tiempo para acompañar a quienes son olvidados, salir a la calle en defensa de quienes tienen sus derechos pisoteados, ofrecer cobijo a quien lo necesita, o visitar a quien sabemos está solo,... Son todas estas gestas anónimas y cotidianas las que pueden hacer de tu vida toda una entrega.
Habrá caídas, tropezones y golpes en la cabeza... ¡No importa! Pongámonos el casco de la confianza, las protecciones de quienes han ido por delante de nosotros en este camino, y ... ¡A lanzarse!, a danzar la vida. Feliz comienzo de semana.
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