No se toman decisiones importantes, parece que cada uno puede ir a su bola y despreocuparse de lo que pasa a su alrededor... En el mundo de la piruleta a mi que me dejen en paz disfrutando de lo mío. No me pidas mojarme, tomar partido, hacerme cargo, aportar, ni asumir...
Pero el mundo de la piruleta no es más que un espejismo. Nuestro mundo es mucho más complejo, está entrelazado con mil historias que llaman a nuestra puerta y nos piden cada día que nos mojemos, que tomemos partido, que nos hagamos cargo y que aportemos.
Es precisamente esto lo que marca la diferencia cada día, mi forma de mirar mundo, de acercarme o no a quien sufre, de sentirme involucrado aportando lo mejor de mi para acompañar estas historias...
Podríamos mirar a otro lado, alimentando nuestro espejismo, pero eso no nos hace menos responsables de los grandes olvidados, de quienes sufren en el anonimato y solo esperan una mano amiga que les acompañe.
Así pues, despertemos y sintámonos parte de un mundo que necesita quien aporte y se sienta parte de él. Busquemos ese bien común que hace viable un mundo más humano, fraterno. Gracias.
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