viernes, 22 de noviembre de 2013

EN BUSCA DE LA FELICIDAD...

¿Es tan difícil ser feliz como parece?¿Es un deseo alcanzable?¿Tiene fecha de caducidad?¿Qué nos hace felices?... Comparto con Mario Alonso (#felicidadec13) que "colmar los sentidos no nos asegura la felicidad", que por muchas cosas que tengamos a nuestro alcance no nos asegura esa felicidad tan deseada.
Parece ser que la Felicidad reside en lo más íntimo de nuestro ser y está vinculado con la experiencia del amor. Hemos de aprender a mirar de nuevo nuestra realidad, a prestar atención a los pequeños detalles de cada día, y descubrir en ellos la bondad que se nos regala. Es precisamente esta actitud positiva la que nos permite ser optimistas, aportar, tomar nuevas iniciativas o atrevernos a emprender.
En esta aventura de ser felices es muy importante alejarnos lo más posible de "esos agujeros negros" que nos chupan la vitalidad y las ganas de afrontar ilusión cada día. Esas personas que ven siempre la botella medio vacía, que se afincan en la queja y para las que nadie están a la altura de lo que necesitan. Son agotadoras y provocan tal desgaste, que es mejor no toparse con ellas, para no ser arrollados por su negatividad.
"Solo se puede avanzar cuando miramos lejos" (Ortega y Gasset). Está claro que es otra mirada la que nos permite descubrir esa grandeza y bondad que todos escondemos en nuestro interior. Es la confianza y la paciencia las mejores alianzas para hacer brillar el interior de cada uno. Podríamos fijarnos en sus defectos para hacerlo mejorar, ¿Pero cómo estimular la confianza fijándonos solo es sus fracasos o errores? 
Es imprescindible en este camino a la felicidad que evitemos a toda costa juzgar a las personas con las que compartimos cada día. No juzgar es la mejor manera de expresar nuestra preocupación por la persona, de decirle  "tu me importas", y de reconocer que debajo de todo los que hacemos, hay una historia a la que debemos acercarnos descalzos, pues es tierra sagrada. La compasión y el amor son la mejor medicina que hay que dispensarla con paciencia y constancia.
Si quisiéramos estimular nuestra felicidad en las pequeñas cosas de cada día os animo:
  • Esfuérzate en ver el lado positivo de las cosas.
  • Debo conocer lo feo, pero vivir y buscar experiencias que fomente la belleza, la bondad, ...
  • Sonríe, por favor, todas las veces que puedas al día. Tiene efectos muy positivos en nuestro cerebro, nos predispone a afrontar mejor los retos de cada día y sienta muy bien a nuestro cuerpo.
  • Organiza tu día cada mañana.
  • Haz ejercicio físico, pues favorece la creación de neuronas.
  • Cultiva tu sentido del humor.
  • Y cuida tu vida interior, creando espacios de relajación, reflexión y meditación

Se puede ser feliz, no sin una dosis de realismo que nos recuerde, que a la vida hay que echarle coraje, aceptar la propia fragilidad y descubrir que podemos aprender de nuestro errores. Y lancémonos a generar esa ilusión, que nos ayude a vivir el presente con plenitud. Gracias.

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